¿Porque
a mi madre la considero una guerrera?, porque ella ha sido así toda su
existencia, una mujer valiente que ha librado las grandes batallas de la vida.
Mujer de tierra del sureste de México, que en su piel lleva el calor del sol
perenne del tabasco verde pleno de selva y en sus venas la sangre de sus ríos,
mágicas vertientes ribereñas.
En
sus tiempos de niña seguramente inquieta como los pájaros de la selva
tabasqueña, y alegre su risa como los trinos de las aves que entonan la
melodiosa sinfonía del azul del cielo
tabasqueño y con sus plumajes multicolores dan las policromías al paisaje de ese
girón de la patria mexicana.
De
joven, me la imagino con la coquetería de su sonrisa cautivando los corazones
de sus paisanos, pero su corazón quedo anclado y el sentimiento de su amor, en
el hombre que fue mi padre y que llegó un día del centro de la republica para
quedarse para siempre, vivir, luchar, enamorarse, formar una familia y rendir
tributo a la vida dejando reposar sus restos en la tierra adoptiva.
Testigos
ambos de la transformación de la capital tabasqueña, que dejo la candidez
provinciana para poco a poco transformarse en una gran ciudad. Testigos ambos
de los barcos que navegaban las rutas fluviales de aquellos años tocando los municipios
ribereños, donde se realizaban las transacciones comerciales y en las cuales mi
padre participaba.
De
esa unión once frutos, once vidas, once amores, once lazos indisolubles que
formaron la fortaleza de una pareja que luchó, lloró, alentó, vivió alegrías y
sinsabores pero no claudicaron.
Mi
madre una guerrera porque batalla tras batalla ha luchado y ha triunfado y su
vida y esfuerzo ha trascendido aun sin la fortaleza de su esposo que hace mas
de 25 años emprendió el viaje a un destino que algún día habremos de alcanzar.
Hoy
los años se han sumado y se reflejan en su rostro y en sus movimientos, pero
aun mermadas sus fuerzas físicas, el amor por sus hijos, nietos y bisnietos la
fortalecen para seguir alegrando nuestras vidas, con sus oraciones, con su risa
y esa voz que nos trasmite alegría, fortaleza y esperanza para seguir nuestras
vidas y destinos.
Y
en su mirada absorta, seguramente la invaden los recuerdos y la ausencia de su
compañero se le presenta, pero al mirarnos aparece su sonrisa para decirnos
aquí estoy sigamos con la vida, hasta que dios permita estar con él y disfrutar
de su presencia y de su gloria.