miércoles, 20 de marzo de 2013

¿EL PETROLEO ES NUESTRO?


 

“… El niño dios te escrituró un establo

y  los veneros del petróleo, los escrituró el diablo”

Fragmento del poema “suave patria” de

Ramón López Velarde.

 

El 18 de marzo del presente celebramos en nuestro país, el 75 aniversario de la expropiación petrolera, una de las fechas simbólicas de nuestra historia en la cual se construye una especie de  dogma que a fuerza de tanta repetición y de incorporarlo en los libros de texto de nuestra formación escolar, se ha convertido en una verdad que al contrastarla con la realidad resulta ser una quimera como lo es la frase con un sentido carente de veracidad: “El petróleo es nuestro”

18 de marzo de 1938, el presidente Lázaro Cárdenas  del Rio, decretaba en contra de la empresas extranjeras la expropiación de sus bienes para dar paso a la nacionalización de la explotación de nuestros recursos petroleros, el motivo:  la necedad de las empresa extranjeras de no cumplir con los laudos que las autoridades del trabajo habían resuelto a favor de los trabajadores mexicanos que laboraban en dichas empresas.

En el año de 1935, las empresas petroleras extranjeras se resistían a la formación de sindicatos dentro de sus empresas.  El 27 de diciembre de ese mismo año nace el sindicato único de trabajadores petroleros, el cual tuvo que vencer una serie de obstáculos legales interpuestos por los propietarios de las empresas extranjeras, principalmente en Tamaulipas y en Veracruz.

El 29 de enero de 1936 este sindicato se incorpora al comité de defensa petrolera, del que surge un mes después, la confederación de trabajadores de México CTM.

El 20 de julio de 1936 el sindicato único de trabajadores petroleros celebra su primera convención en donde se formula un proyecto de contrato general  en el cual se exigía firma del contrato colectivo con todas las compañías y  en el cual se contemplaba una jornada de 40  horas semanales y el pago del salario completo en caso de enfermedad;  el 3 de noviembre de 1937 se les exigió la firma del contrato colectivo y el 17 de mayo el sindicato emplazó a huelga en caso de incumplimiento de la demanda y la huelga estalla el 31 de mayo y se levantó el 9 de junio.

El presidente Cárdenas y la población  simpatizaron  con la lucha de los trabajadores petroleros y el 18 de diciembre de 1937 la junta dio el fallo a favor del sindicato mediante un laudo en el cual las compañías extranjeras debían pagar 26 millones de pesos en salarios caídos, las compañías promovieron una demanda de amparo el 2 de enero de 1938 ante la suprema corte de justicia quien negó el amparo solicitado.

A esto las compañías extranjeras se declaran en rebeldía, la suprema corte de justicia les impuso un plazo para el pago de las indemnizaciones a mas tardar el 7 de marzo y al no cumplirlas, el presidente Cárdenas emite el decreto expropiatorio el 18 de marzo de 1938.

17 compañías extranjeras fueron objeto de expropiación y entre ellas figuraban: “Mexican Petroleum company of California”, compañía mexicana de Petróleo “el águila” y la compañía exploradora de Petróleo “la Imperial S.A.”

El presidente Cárdenas apoya a la organización sindical y funda la paraestatal PETROMEX antecedente de lo que hoy es PEMEX.

El nacionalismo  se exaltó  y el fervor de la ciudadanía dio como resultado que la gran mayoría de los mexicanos en especial gente de escasos recursos económicos se presentaran en el palacio d elas Bellas Artes de la capital mexicana, para  entregar sus joyas, dinero en efectivo, animales de corral, y  hasta niños con sus alcancías para reunir los fondos económicos que permitiera pagar las indemnizaciones a las compañías extranjeras expropiadas.

En el transcurso de estos 75 años, PEMEX, ha sido factor fundamental de la subsistencia de la economía nacional, cada 18 de marzo en las celebraciones se magnifica el desarrollo de la empresa paraestatal y se loa la memoria del ex presidente Cárdenas y los funcionarios y el sindicato festejan en grandes saraos el feliz suceso que ha dado más bienestar a una parte de la sociedad mexicana:  las autoridades y el sindicato de los trabajadores de PEMEX.

Hay una verdad y esa es que el petróleo no es nuestro, es de los funcionarios en turno tanto en el gobierno, como en la paraestatal, es de un sindicato  cuyos líderes venales  se han enriquecido con la venta de plazas, con los prebendas que disfrutan lideres y  trabajadores, con las excelentes prestaciones que disfrutan y que merman en gran medida las ganancias de la empresa.

¿Cómo combatir?  la impotencia que provoca el hecho de acudir al servicio de una gasolinera para adquirir gasolina y tener que pagar cada mes un incremento que va debilitando el salario de un trabajador que no labora en Pemex y sin embargo constatar que miles de trabajadores de Pemex, reciben entre sus prestaciones vales de gasolina gratis porque es una conquista sindical.

Qué decir de las historias de vida  de los líderes corruptos que históricamente Pemex ha prohijado, como lo son los casos de Joaquín Hernández Galicia “la quina”, que en sus tiempos de poder, erigió  un emporio y manejó el sindicato a la manera de un padrino y qué decir de un Salvador García Barragán,  de sus constantes viajes a las Vegas, Nevada y en una noche de juerga se daba el gusto de perder millones de pesos en los casinos de esa ciudad norteamericana.

Y qué decir del actual líder petrolero Carlos Romero Deschamps, a quien debe investigársele por los excesos cometidos durante su gestión, y de los regalos que hace a su hijo José Carlos Romero un auto ferrari Enzo con precio de cerca de 25 millones de pesos y las publicaciones en facebook donde su hija Paulina  da cuenta de su opulenta vida,  de sus viajes por varias partes del mundo en el avión privado de la familia y comidas en restaurantes exclusivos y compra de vestuario de diseñadores prestigiados.

Las grandes fugas de recursos económicos, los grandes negocios que se hacen al interior de la estatal, la excesiva empleomanía, los grandes contratos con las empresas  de outsourcing , los derroches de los líderes sindicales y  la irresponsabilidad de los funcionarios de Pemex, es lo que lo ha hecho del petróleo propiedad de un grupúsculo corrupto e ineficiente.

Toda empresa que no es bien administrada, tiende por razón natural a la quiebra; toda empresa que es manejada de manera inmoral, tenderá al fracaso, y esa es la razón de que Pemex no sea una empresa de éxito y confiable, porque adolece de un elemento: LA HONESTIDAD EN SU ADMINISTRACION.

Irónico  es el hecho de que somos un país productor de petróleo crudo, pero tenemos que importar la gasolina, y otros derivados del petróleo crudo, la empresa tiene que acudir a empresas extranjeras para reparar, construir, instalaciones necesarias como lo son refinerías.

De nueva cuenta se escuchan las voces de los partidos de oposición al PRI, gobierno hoy, que el petróleo no se vende, ni se privatiza y se oponen a una reforma energética que abra los espacios para que empresas privadas participen en la industria petrolera.

El dogma de 1938 se ventila y sirve para enarbolar banderas políticas, la izquierda se desgañita, la derecha increpa, quizá porque esta,  tuvo la oportunidad cuando fue gobierno de hacer algo por Pemex, pero cayo en el pantano  de la corrupción; y ahora el PRI en el gobierno propone a través del presidente  Enrique Peña Nieto una reforma que modernice a Pemex.

Y no es mala la idea, ni la acción, pero antes hay que poner orden en la burguesía administrativa y en los liderazgos sindicales corruptos, que solo han sido sanguijuelas pegadas al presupuesto y a las cuotas sindicales.

Si el petróleo es nuestro entonces también tenemos derecho a vales gratuitos  de gasolina y de gas butano, y no solo los miembros del sindicato, pues también somos derechosos todos los mexicanos sin excepción.

Antes que modernizar a Pemex se requiere de una asepsia total,  tanto de funcionarios como de líderes sindicales, pero para lograrlo se requiere de una gran dosis de un remedio  llamado HONESTIDAD.

Hoy a 75 años de haberse realizado la expropiación petrolera en lo personal solo mi reconocimiento a ese pueblo noble que en 1938 con gran fervor y con gran amor a nuestra patria acudieron a entregar sus ahorros y parte de sus bienes para lograr un cometido que al paso de los años se perdió; Recuperar nuestro petróleo de la explotación extranjera, para quedar en manos de mexicanos corruptos.

 

 

 

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