“Dad todo el
poder al hombre más virtuoso que exista, pronto le veréis cambiar de actitud”.
Heródoto.
En
la historia política del México contemporáneo, han quedado escritas varias páginas
de derrocamientos de hombres de poder, que han permitido a presidentes de la
República dar testimonio a sus gobernados del cumplimiento contundente de lo
que es la fuerza de la manifestación de
su autoridad.
Por
costumbre en nuestro país, cada inicio de gestión presidencial se han dado
ejemplos de ejercicios de autoridad que permite a la población constatar de que
esta hecho un presidente de la república y su reacción a las manifestaciones de
personajes encumbrados en la cúspide del poder, sean sindicalistas, políticos o
empresarios, le da como resultado el hacer sentir su autoridad y marcar la línea
de conducta que habrá de llevar durante su mandato y que le hará hacerse
respetar por todos los grupos políticos, empresariales y sociales del país.
Paradójicamente a los mexicanos nos encanta constatar
la fuerza de la autoridad, es algo muy ligado a nuestra idiosincrasia, pues es
una forma política de ganarse el respeto ciudadano y no el mexicanísimo calificativo
de pendejez, sinónimo de tonto, apocado, débil, y falto de carácter.
Entre
los políticos existe una frase acuñada y observada por la gran mayoría, el
poder se ejerce no se comparte, y es por ello que un presidente de la república
debe observar y cumplir este criterio al inicio de su gestión, para dar muestra
y pauta del ejercicio del poder.
Los
tiempos pasados recientes, son ejemplo de ello, Carlos Salinas de Gortari,
quien cortó de tajo varios cotos de poder sindicalista, como lo fue el de los
maestros, cuyo líder en esos años, Carlos
Jonguitud Barrios, fue obligado a renunciar siendo remplazado por Elba Esther Gordillo Morales. El sindicato de trabajadores petroleros cuya conducción
estaba a cargo de Joaquín Hernández Galicia “la Quina” y quien caro pagó la osadía de enfrentarse a un presidente
de la República, siendo destituido y encarcelado por delitos del orden penal, y los sindicatos de maniobristas , cargadores
y estibadores del puerto de Veracruz, quienes perdieron por la requisa sus
fuentes de trabajo en los muelles veracruzanos y sus bienes sindicales fueron
embargados por las autoridades Hacendarias
y fueron remplazados por
organizaciones de la iniciativa privada, considerando con ello que en aras de
una dizque modernización del movimiento portuario, se entregaba a grupos
extranjeros quienes actualmente manejan y explotan los beneficios del puerto.
Al
término de la gestión del presidente salinas, Ernesto Zedillo Ponce de león,
encarceló a un hermano del ex presidente salinas; a Raúl Salinas de Gortari, a quien
se acusó de ilícitos en contra de la administración pública, y a un ex gobernador de Veracruz, Dante
Delgado Rannauro por ejercicio indebido de funciones y malversación de fondos. Las
dos administraciones Panistas que le precedieron no actuaron para hacer validos
“los criterios de respeto”.
El
presidente Enrique Peña Nieto ha dado ya, antes de cumplir 100 días de su
mandato, ejemplo claro del ejercicio de autoridad y del mensaje que ha enviado
a todo el país, al dar por concluido el ciclo de la lideresa Elba Esther Gordillo
Morales, quien hace unos días fue detenida y encarcelada por imputaciones de
delincuencia organizada y malversación de fondos del sindicato nacional de los
trabajadores de la educación SNTE.
Se
esperan más ejemplos porque tal parece que el actual presidente de la republica
desea enmendar las conductas de muchos líderes sindicales que siendo creación de
gobiernos del PRI, durante los dos mandatos del PAN, se convirtieron en señores
feudales que negociaron sus fuerzas sindicales para lograr prebendas personales
y lo más grave deformar el sentido social de los sindicatos, reformando los
estatutos de sus organizaciones para provecho personal enquistándose en ellos
al prolongar los años de permanencia en sus dizque liderazgos, en perjuicio de
los trabajadores.
Y
así también se prevé el caso de gobernadores que hicieron de sus estados feudos
y en donde abusaron de su poder endeudando de manera indiscriminada las arcas públicas,
para en muchos casos hacer fortunas incalculables, comprometiendo el futuro
ciudadano con los empréstitos contraídos.
He
aquí los inconvenientes del poder cuando se pierden los rumbos y sentidos del
mismo, que dan como resultado la caída estrepitosa de aquellos que en su
mareos, han confundido y se han olvidado que el poder político y público no es más que un instrumento que se
debe utilizar para administrar con sentido social y servir a quienes son los
generadores de ese poder: la sociedad.
Más
que las riquezas materiales, el hombre por su naturaleza anhela y busca lograr
el Poder, para demostrar supremacía ante
sus semejantes, pero siempre ha confundido el sentido y significado de lo que
es el Poder público y político.
Y
son muy pocos los que han entendido y cumplido con la esencia del poder y esos
son los que han trascendido positivamente en la historia de los hombres y de las
sociedades; quienes han tergiversado el sentido del poder también han
trascendido pero de manera negativa siendo tristes ejemplos de lo que no se
debe hacer con el poder y cargando el estigma de macula que les señala la sociedad.
El
poder eleva o destruye, corrompe o prestigia, cura o enferma, es gloria o
infierno, por eso los inconvenientes del poder.
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