jueves, 25 de diciembre de 2014

Navidad de esperanzas….











Hoy en el mundo católico se celebra la navidad, término que proviene del vocablo natividad y que celebra el nacimiento de Jesús de Nazaret. Hoy con mucho entusiasmo muchas familias se reúnen en sus hogares en compañía de sus seres queridos y amigos, para recordar el  dos veces milenario acontecimiento y estrechar los lazos de cordialidad, de amistad y de amor, teniendo como principal protagonista a un recién nacido en un lugar llamado Belén.
La navidad es un  tiempo que permite a gran parte de la humanidad reflexionar del porque nuestro transito en esta vida, las razones de nuestros actos de vida y el por qué de nuestras conductas hacia nuestros semejantes, trátese de familiares, amigos o conocidos.
La navidad es el tiempo de la reconciliación, del perdón, de la esperanza renovada en nosotros mismos y en nuestros semejantes. Es un tiempo de renovación espiritual y de esperanzas.
Al referirme a la esperanza, me remito a lo que todo ser humano siempre tendrá en su pensamiento y en sus sentimientos, la esperanza de vida, de salud, de trabajo, y de riqueza espiritual.
Jesús es un ejemplo de esperanza, ejemplo de humildad, ejemplo de perdón y de tolerancia, y esas enseñanzas no se han podido disolver por el transcurrir del tiempo, ni han perdido su vigencia y cada día que pasa, adquieren una mayor relevancia.
Expreso lo anterior, porque  a mi parecer,  en los tiempos actuales a la humanidad le hace falta y tiene necesidad de creer en algo y en alguien para poder proseguir en su ruta  y en su devenir histórico. Y es que en la gran mayoría de las naciones se está padeciendo lo que muchos conocemos una gran crisis de credibilidad.
Nos ahoga un mal llamado CORRUPCION, y malos gobiernos que en estos tiempos buscan lograr el poder no con el ánimo y objetivos de satisfacer las grandes carencias de sus gobernados, sino con el afán de lograr mejorías personales que rayan en el descaro y la rapiña.
México no escapa a ello, en México estamos viviendo y sufriendo una gran crisis de valores éticos, y el ejercicio de la política, viviendo uno de sus peores momentos, ya que nuestros gobernantes han fallado en su actuar y han dado muestras de deslealtades a una sociedad que aunque parte de ella confió en sus promesas de campaña, están obligados a cumplir y a servir a toda la sociedad en general  porque,  como gobernantes deben servir a todos y no nada más a quienes votaron por ellos.
México está padeciendo una fuerte crisis en lo político, y esta se recrudecerá en el año de 2015 ya que en lo económico no andamos bien y cuando este tema se complica,  lo social le percibe y la irritación del tejido social se complica.
La percepción de que en México se requiere de cambios no solo en lo institucional, sino también en el marco de la legalidad se advierte, las formas y el fondo del actuar de los gobernantes de mi país, convencen a los gobernados  de una gran y endémica corrupción y de una gran desconfianza en el actuar de la gran mayoría de gobernantes en sus distintos niveles jurisdiccionales, federal, estatal y municipal.
El año 2015, es un año electoral, la renovación de la cámara de diputados federal, será el gran sinodal ciudadano para saber de las calificaciones aprobatorias o reprobatorias que habrán de otorgarle al gobierno de Enrique Peña Nieto. Y es ahí donde la ciudadanía habrá de demostrar si verdaderamente desea un cambio o si decide recibir más de lo mismo.
Mientras tanto, hoy  es noche buena, hoy nos unimos a un fervor, a un deseo, a un anhelo, a una esperanza, de renovar nuestra fe  en un ser superior a lo humano y que la humanidad prosiga en su devenir la construcción de los puentes de hermandad que simbolice la paz, la justicia y la nobleza de los sentimientos.

Para todos mis lectores:
¡FELIZ NAVIDAD!






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