La
opinión mundial se ha estremecido, un presidente de los Estados unidos de Norteamérica
externa sus lagrimas al dar a conocer al mundo la tragedia que enluta a 26
familias de Connecticut, que lastima el alma de una sociedad, soberbia,
prepotente, orgullosa de sus raíces de exterminio racial y de historias de
guerras donde cada una de sus generaciones han participado y cada familia ha
hecho el aporte de sangre para alimentar y mantener una economía de guerra.
14
de diciembre 2012 escuela primaria de Newton Connecticut, 20 niños y 6 adultos
masacrados por las balas de las armas disparadas por un joven de 20 años que al
final de la masacre se suicida; 23 de diciembre mismo año, Webster, Rochester 2
bomberos muertos, y dos heridos, los bomberos acudieron al llamado para sofocar
el incendio de un edificio, fueron recibidos a balazos por una persona.
20
de julio 2012, 14 muertos, 50 heridos, eran espectadores de una sala de cine de
Aurora cerca de Denver, Colorado, el
agresor 24 años.
Estas
masacres son apenas un esbozo de lo que pasa en las entrañas de la sociedad
norteamericana que se hunde en los pantanos del consumismo y la generación de
riquezas materiales que le permitan seguir conservando su hegemonía mundial.
Herbert
Spencer creador de la teoría organicista de la sociedad, sostiene que una
sociedad es semejante a un organismo vivo, en donde cada una de las partes del
cuerpo tiene una función, por lo que se concluye que USA acusa los
síntomas de una severa enfermedad, su
corazón y su mente están enfermas y de gravedad.
La
venta de armas como si fueran artículos de supermercado y la gran demanda de
los consumidores, demuestran por una parte la necesidad de los fabricantes de
armas para incrementar sus ganancias practicando e incentivando el negocio de
la muerte y por parte de los consumidores su miedo y desconfianza hacia sus
semejantes.
De
nada sirve una hegemonía mundial, de nada sirve proclamarse como los defensores
de la democracia, cuando su sociedad está padeciendo de esquizofrenia
colectiva; nada es perfecto en esta vida, y esta nación no podía ser la
excepción, USA necesita un tratamiento de cordura, de humildad, que le exprese
al mundo su tragedia y que también trate con mayor respeto a las naciones que
por su pobreza no han alcanzado estadios de bienestar que bien podría
proporcionarle el país de la grandeza, con tan inmensas riquezas materiales, pero que en su interior padece la pobreza de
valores espirituales de su sociedad.
De
nada sirven las riquezas materiales, si el alma de una nación se encuentra
aquejada de un mal que solo habrá de curar la comprensión, la humildad, la
generosidad hacia las naciones que padecen hambre de justicia, hambre de
igualdad; el imperio se desmorona, su sociedad está enferma, ellos tienen la
medicina a la mano: ser justos y
respetuosos con sus semejantes en su interior y en el exterior.
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