Hoy 1 de diciembre, en nuestro país se
renueva el poder ejecutivo, hoy es la culminación del proceso electoral que el día
1 de julio de las urnas la ciudadanía depositó su voto por las opciones
políticas partidistas que participaron buscando la primera magistratura de
nuestra nación.
El día de hoy, como cada seis años,
nace una nueva esperanza, y en las mentes y corazones de la ciudadanía, los
anhelos se vigorizan y los deseos que este nuevo gobierno realice una buena
gestión que se traduzca en nuevas oportunidades y en mejores estadios de
bienestar.
La ciudadanía al depositar su voto,
deposita su confianza en los candidatos que los partidos políticos postulan y
que por sus planteamientos logran captar la simpatía del electorado; el
desarrollo de un proceso electoral está plagado de muchos obstáculos, ataques y
de acusaciones mutuas, propias de estrategias políticas que buscan la derrota
de los contendientes participantes. Hoy ese proceso ha llegado a su culminación.
Nuestro México históricamente se ha
caracterizado por ser una nación amante de la paz, del trabajo y de la búsqueda constante del desarrollo y el
progreso; como todos los países del mundo, ha pasado por etapas críticas que ha permitido
al termino de ellas, el crecimiento de una sociedad con mayores libertades, con
instituciones más fuertes y con una apertura plural que permita la inclusión de
todas las fuerzas y sectores que componen el tejido social de nuestra gran
nación.
Todo presidente de laRepública tiene una
gran responsabilidad al conducir los destinos de la nación, lo bueno o lo malo que ocurra
durante su mandato se le atribuye a él y no a sus colaboradores, al final el
gran responsable es el gobernante en turno, y gobernar en estos tiempos del
siglo XXI, donde la apertura de pensamiento es más clara y comprensible, por el
gran avance de la comunicación tecnológica, no es gobernar una isla, alejada
del conocimiento y de la opinión nacional y mundial.
El presidente Enrique Peña Nieto, tiene ante sí, el gran reto de su vida, el
hacer bien las cosas durante su mandato con un profundo amor a México, habrá de
convertirlo en un verdadero estadista que tanto necesita México; ejercer el
arte de la política es menester, con medida, con gran respeto a las fuerzas políticas
y a la ciudadanía en general.
A nosotros como ciudadanos también nos
corresponde gran parte de responsabilidad de que nuestro país tenga en el
futuro un gran avance en su democracia, y qué decir de los partidos políticos a
quienes les corresponde practicar el ejercicio de la política y no de la
politiquería, que tanto daño hace y que implica retroceso.
Hoy México renueva su esperanza hacia
el futuro, promisorio, para los jóvenes que requieren de una mayor atención y
brindarles oportunidades claras de estudio y de fuentes de trabajo; de justicia
laboral para los trabajadores y trabajadoras que merecen mejores salarios por
su aportación a la creación de mayor riqueza empresarial; respeto y
oportunidades para las mujeres que representan la entereza de nuestro país;
cuidar y valorar la experiencia de nuestros adultos mayores, pero sobre todo trabajar para elevar la
calidad de vida de las clases marginadas que requieren de políticas públicas
para su reivindicación social, y no limosnas, que lejos de ayudarle los
denigran convirtiéndoles en parias de una sociedad desigual.
¡VIVA MEXICO!
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