lunes, 26 de noviembre de 2012

Su nombre México…


A escasos días de terminar su gestión como presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe calderón Hinojosa, vuelve a la carga con una idea guardada en su escritorio y que en los movimientos de la mudanza para salir de los pinos, desempolva para presentarla ante el senado y buscar la realización de un viejo anhelo personal de reformar la constitución política mexicana y que nuestro país cambie su nombre oficial Estados Unidos mexicanos, por el de México.
Ya lo hizo en el año 2003 cuando fue líder de los diputados de su partido Acción Nacional pero su iniciativa no prosperó y ahora, antes del término de su mandato como presidente de la republica, lo intenta de nueva cuenta, lo que sin duda es síntoma de querer dejar una huella histórica de su paso por el camino de  la primera magistratura de nuestro país.
 
El nombre de nuestro país, en la constitución de 1824 era Nación mexicana, en la constitución de 1857 República  Mejicana (con jota), y en la constitución de 1917 adopta el nombre de Estados Unidos Mexicanos derivado del pacto federal en que las entidades de la república acordaron para constituirse en una federación de estados, tal y como le establece en la actualidad el artículo 40 de nuestra norma fundante y que expresa : “es voluntad del pueblo mexicano  constituirse en una república representativa, democrática, federal, compuesta de estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley federal”.
El nombre de México, lo adquirimos por razones de nuestras raíces históricas que se remontan a la etapa precortesiana, del vocablo náhuatl  “MEXHICO”  (en el ombligo de la luna) y es de ahí donde se deriva el nombre que adopta nuestra patria, nombre que los conquistadores españoles trataron de desaparecer ya que ellos la denominaron Nueva España.

Llama la atención la hiperactividad demostrada en estos últimos días del mandato de Felipe calderón, recorridos por todo el país y en la extraordinaria publicidad desplegada en todos los medios de comunicación, escritos, radio, televisión e internet, bombardeando a las masa ciudadana, como tratando de demostrar que este sexenio gubernamental ha sido el más exitoso de la historia de nuestro país.
 
De repente la diarrea legislativa, producto quizá de un estreñimiento sexenal, pero no, toda vez que los enterados al respecto señalan que es precisamente en este sexenio de Felipe Calderón, es cuando nuestra constitución política ha sufrido el mayor numero de reformas, modificaciones y adiciones
 
La constitución política de nuestro país, a lo largo de su existencia ha tenido 487 modificaciones y esto debido a las circunstancias sociológicas, políticas y económicas, para así actualizarla, acorde a la evolución histórica de nuestro país.

Si bien es cierto que es necesaria la adecuación a los nuevos tiempos de nuestra carta magna, también es cierto que esas reformas o enmiendas deben hacerse con responsabilidad y respeto a nuestra sociedad y no bajo el síntoma de la frivolidad en la que pueda caer todo gobernante por los excesos del ejercicio del poder y delirios de grandeza personales.

México es una gran nación que en su devenir histórico ha sufrido cruentas experiencias que le ha permitido madurar y trascender como nación; el respeto a su nombre, es respetar a un conglomerado nacional que sigue buscando con gran anhelo mejores estadios de  bienestar, pero sobretodo  depositar su confianza no solo en sus gobernantes y sus representantes ´populares, sino también en sus conciudadanos.
 
Indudablemente hay pendientes muy importantes que atender en el futuro, y que son necesarios para la nación que requiere la trascendencia social y económica que permita a las nuevas generaciones de mexicanos obtener mejores estadios de bienestar, progreso y desarrollo.
 
Bueno sería  reformar el artículo 83   de la constitución para que se acorte el lapso comprendido entre el día de la elección y el inicio del ejercicio del encargo del nuevo presidente de la republica;  del día de la elección 1 de julio al 1 de diciembre, transcurren  5 meses, demasiado tiempo para una transición.

 En los estados unidos de Norteamérica, son dos meses el lapso de que dura la transición y  en Francia 30 días; demasiado tiempo en  México, es de suponerse que la administración en turno tiene la casa en orden, para la entrega formal y legal al sucesor este dilatado  lapso permite al gobernante en turno añorar y desvariar, el ejercicio del poder es enajenante, es tortuoso y es difícil dejarlo.
 

0 comentarios:

Publicar un comentario