Se ha dado conocer por parte del
senado de la república que la deuda de los ayuntamientos del país, durante el
sexenio del presidente Felipe calderón Hinojosa, se incrementó en un 176% , ya
que al inicio de su gestión era de 14 mil 600 millones de pesos y al finalizar
se considera en 44 mil 800 millones de pesos, situación bastante critica para
la mayoría de los ayuntamientos municipales del país.
Las causas no se especifican pero sin duda, grave es, el hecho del
desmesurado incremento del endeudamiento de las arcas municipales, lo que sin
duda denota un manejo inadecuado de las finanzas y de pésimas administraciones
públicas que dan como resultado la entrega de malas cuentas a la ciudadanía.
Son conocidas las notas
periodísticas que reseñan los grandes y fastuosos salarios que se asignan los
integrantes de un cabildo, al grado tal que debió legislarse para que los
salarios de los funcionarios de gobierno en sus tres niveles no rebasaran las
remuneraciones del presidente de la republica, (articulo 127 fracción II, de la constitución política de México), ya
que se dieron casos de presidentes municipales que ganaban más que el presidente de la republica, escribo
salario, pero en realidad son remuneraciones, porque salarios son los que
reciben los obreros, mal pagados y mal tratados.
Sin embargo en la actualidad hay
muchos ayuntamientos en el país cuyos alcaldes no dan a conocer las verdaderas
remuneraciones que se asignan y solo dan
a conocer las que aparecen en la nomina general, pero ocultan las
compensaciones y bonos que se asignan para ellos y sus comunas, realizando así acciones de opacidad y considerando
la hacienda municipal como un botín “por los servicios prestados a la comunidad”.
Las finanzas de los ayuntamientos
siempre han sido el talón de Aquiles de los mismos, en algunos casos sus ediles
por su escasa preparación y lo intrincado de la normatividad hacendaria salen
mal, y esto sucede en municipios pequeños y pobres; pero en los municipios
importantes tanto por su población, su extensión territorial, su desarrollo y su potencial económico, es
sin duda donde los adeudos municipales se fomentan.
En la génesis del artículo 115
constitucional cuyo contenido trata del municipio, su organización y normatividad, que da surgimiento a la ley orgánica
del municipio libre; los diputados constituyentes libraron una gran batalla,
sobresaliendo el constituyente veracruzano Gral. Heriberto Jara Corona, quien
debatió y defendió la libertad municipal, pero no solo desde el ámbito político
jurisdiccional, sino desde el criterio de que sin recursos económicos, sin
hacienda propia, no podía hablarse de municipios libres.
Sin embargo todas las finanzas de
los ayuntamientos son revisadas por los congresos estatales, es decir tienen
una supervisión, agregada a ello se cuentan con contralorías internas, que a mi
parecer están integradas para cumplir con una normatividad, ya que su
efectividad es deficiente, y esto nos hace reflexionar respecto a quien culpar
de los malos manejos financieros de los ayuntamientos, a quién responsabilizar?
o acaso existen complicidades en estos
manejos que sin duda por malos y oscuros son causantes de estos adeudos.
Ayuntamientos que no llevan una
disciplina de erogaciones, y que destinan más del 70% de sus planes de arbitrios al gasto
corriente; Ayuntamientos pidiendo prestamos o adelantos de las participaciones
federales para pagos de aguinaldos, es un contrasentido porque un edil, es
electo por la ciudadanía para cuidar del patrimonio municipal, para incrementar
sus ingresos y su hacienda y realizar con ello obra material y social en
beneficio de la célula fundamental de una sociedad.
El presidente municipal y su
comuna anualmente y al término de sus encargos, rinden cuentas, de obras
materiales y sociales, de cifras alegres y frases emocionantes, que se pierden en el
vacio del tiempo y el espacio, en ceremonias de informes de gestión no para la ciudadanía, sino para el lucimiento
del ego personal del presidente en turno.
Y el monto del adeudo no se menciona,
porque ante la ciudadanía se mostraría la mala administración; el alcalde y su comuna se van tranquilos y que
el problema lo resuelva el sucesor o los que sigan en el futuro, y se van sin
responsabilidad alguna, claro está que si ese alcalde y comuna no son afines al
gobernante estatal en turno, quizá pudiere resultarle la imputación por malos manejos,
pero más, por decisiones de antagonismos políticos y no por la preocupación de una
defensa del interés social.
Y en éstos endeudamientos de los
municipios a quien culpar, ¿al presidente municipal y su comuna?, ¿al congreso
estatal que revisa las cuentas y autoriza los préstamos, o al gobernante del
estado en turno? ¿a quién?, ¿a uno o a
todos? porque al fin al cabo se advierten complicidades.
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