sábado, 21 de septiembre de 2013

LOS DESBORDAMIENTOS NATURALES Y SOCIALES DE MEXICO.







México, mi país, se debate actualmente entre dos situaciones que están marcando su pulso social y por ende su historia. La primera el desbordamiento  social de la clase magisterial que ha abandonado las aulas para ganar la calle y protestar públicamente en contra del gobierno federal y del aparato legislativo que ha determinado y promulgado una reforma educativa que lleva visos de una reforma laboral para poner orden en el sector magisterial.

La segunda el desbordamiento natural de los ríos, a consecuencia de dos fenómenos climatológicos que han azotado al país, “Irving” por el golfo de México y “Manuel” por el océano pacifico, meteoros que han dejado a su paso muertos, pérdidas económicas, miles de damnificados y lo más grave, al descubierto  la nula cultura de protección civil.

Ni los temporales, ni la desgracias originadas por los meteoros referidos han detenido a los maestros en su lucha por la defensa de sus derechos laborales, la fuerza pública actuó, hizo presencia en la gran plaza de la constitución, mejor conocida como el zócalo de la capital del país, para desplazarlos al monumento de la revolución y permitir la celebración de la ceremonia del “grito” y el desfile militar para celebrar los días 15 y 16 de septiembre el inicio del inicio del movimiento de independencia de México en 1810.

El ejecutivo federal ha emprendido una tarea delicada, mal llamada reforma educativa, porque por reforma se entiende un cambio para mejorar, generalmente rehaciéndolo para renovar, y en este caso no se habla de renovar contenidos o de implementar estrategias en la enseñanza, sino de adecuar marcos de legalidad para las actividades laborales de los maestros.

Y los maestros lo han interpretado como una política diseñada en contra del magisterio en general y el gobierno federal con sus acciones y palabras ha interpretado que el magisterio está en su contra por no aceptar sus decisiones y al salir a las calles a protestar y demandar respeto a sus conquistas sindicales.

En medio de ambos bandos, los alumnos y padres de familia, los primeros sin recibir las enseñanzas con las escuelas cerradas y los segundos los padres mal informados, porque ambos bandos no externan cuales son las verdaderas razones del conflicto, cada quien ventila “su verdad” a conveniencia.

Daños graves para la nación, el conflicto de los maestros vs el gobierno federal, o este contra los maestros, y ´por otra parte las desgracias climatológicas, sin duda los dos son serios problemas para el país, pero el más grave según mi opinión, es el magisterial porque el daño a las generaciones futuras será incalculable y eso entraña un grave daño al desarrollo social del país.

El conflicto magisterial se ha politizado y puede ser el inicio no de una pretendida reforma educativa, sino de una reforma social muy necesaria en México, por las actuales circunstancias, los altos índices de marginalidad, precariedad social, corrupción y negligencia de autoridades en todos sus niveles de gobierno y en los ámbitos legislativos, judicial y ejecutivo.

México se debate en el inicio de un movimiento social que se ha incubado en los últimos 50 años de su historia reciente. El movimiento magisterial actual puede ser el parte aguas de un México cuya sociedad está en la búsqueda de lograr un país mas justo y equitativo.

El hartazgo social se hace manifiesto en la ausencia de credibilidad de una sociedad que ha sido engañada en muchas ocasiones por gobiernos y partidos políticos que han traicionado su confianza y mataron sus esperanzas de tener y vivir en un país más justo, equitativo y honesto.

Es cierto, se requieren de reformas estructurales, sociales, económicas y políticas para reencauzar el rumbo del país, pero estas deben ser realizadas con la participación de toda la nación y no solo con la participación de unos cuantos.

Nuestra nación requiere de nuevos liderazgos, de gobiernos y legisladores emergidos de una verdadera voluntad y decisión social, no surgidas de decisiones de grupos enquistados en el poder o de grupos económicos o de grupos de poder facticos.

México está despertando de un letargo social, que habrá de conjuntar voluntades originalmente sociales. El movimiento magisterial habrá de ser la cuna de nuevos liderazgos y la tumba de aquellos que se han deteriorado por la corrupción y los muchos años de permanencia en los cargos sindicales, que inevitablemente los han llevado a la descomposición y desviación de la verdadera lucha sindical.

 

 

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