“Educar
es formar personas aptas para gobernarse a si mismas, y no para ser gobernadas
por otros”.
Herbert Spencer.
En
estos últimos días, nuestra nación esta inquieta, un sector de la masa nacional
se mueve, y es un sector predominante por la importancia del papel que le
corresponde desempeñar en el entramado de nuestra organización social: EL SECTOR
MAGISTERIAL.
¿La
causa?, la reforma educativa que es el tema nacional y una de las iniciativas y
propuestas del actual ejecutivo federal, representado por Enrique Peña Nieto, presidente
de la República mexicana. Hay descontento, la olla social se despresuriza, a través
de las marchas y bloqueos de carreteras, para manifestar su descontento y su irritación
en contra de los legisladores y de las autoridades de los tres niveles de
gobierno, federal, estatal y municipal.
La
reacción permanente por parte de los maestros, es por parte de la CNTE,
coordinadora nacional de los trabajadores de la educación, organismo sindical
contrario a la SNTE, sindicato nacional de los trabajadores de la educación y
que fue dirigido durante muchos años por la Prof. Elba Esther gordillo morales,
actualmente en prisión sujeta a proceso por delitos del orden federal, pero que
a la percepción nacional no escapa el hecho, de estar castigada y sometida por sus
deslealtades y traiciones al sistema que le dio vida y poder politico, para
hacer y deshacer en la vida organizacional del sindicato y en el entramado del
sistema político mexicano, que requiere de líderes sindicales al servicio de
los intereses partidistas y de gobiernos en el poder.
Las
manifestaciones de los maestros, van mas allá de su irritación por la reciente aprobación
por parte del congreso federal de la ley general del servicio profesional docente, y comento que va mas allá de
esto, porque la irritación no es solo contra las autoridades de gobierno, sino también
en contra de sus líderes sindicales, domesticados por los gobernantes en turno,
que satisfacen los intereses personales de aquellos dirigentes sindicales que
se postran al recibir prebendas políticas y económicas, traicionando los
intereses de sus representados.
Si
bien es cierto que la calidad de la educación está dejando mucho que desear en
nuestro país, también es cierto que no solo es culpa de los maestros en su
generalidad, buena parte de culpa la han tenido lo gobernantes, que se ha
olvidado de enriquecer y fortalecer el
sistema educativo nacional, y que prefieren dar mayor fortaleza a otros temas
que son de especial interés para el gobernante en turno, en aras de satisfacer
intereses políticos y económicos.
Burla
es constatar que todavía en México, existen escuelas, de todos los niveles de
enseñanza, sin inmuebles, funcionando en casas ajenas, en inmuebles prestados,
en terrenos baldíos, donde los maestros y los padres de familia tienen que
construir con materiales de laminas y cartón techos y paredes para que los
alumnos puedan recibir sus enseñanzas y se dan casos hasta debajo de un árbol.
Por
otra parte, el pago que reciben los maestros es inequitativo, a diferencia del
que reciben los maestros que están bajo la “protección” del sindicato, refiriéndome
a quienes tienen cargos sindicales, a quienes son comisionados, a quienes
ocupan cargos políticos y perciben dobles emolumentos y a quienes sin trabajar
reciben puntualmente sus salarios.
Así
también en las filas magisteriales, se ha perdido un elemento que los distinguía
de los demás sectores sociales: LA VOCACION DE ENSEÑAR, y ese valor que les
prodigaba la admiración tanto de los padres de familia como de los propios
alumnos, se ha extinguido porque se dio más importancia al valor económico de
la remuneración salarial que al sentido social de la enseñanza.
Las
organizaciones sindicales perdieron el rumbo y en aras de concentrar el poder
por el gran número de agremiados y de su participación en los terrenos de la política,
se entregaron a los arreglos y conveniencias de grupos, utilizando como moneda
de cambio la fuerza numérica de sus agremiados.
Conclusión,
la culpa se reparte entre gobierno, sindicato y maestros que han confundido la protección
sindical para beneficio propio, ser displicentes y cómplices de corruptelas que
han deteriorado la imagen de los maestros.
Aclaro,
no todos los maestros son culpables, porque a pesar de todo lo que está
sucediendo, también existen maestros que cumplen y dan sentido a su vocación magisterial,
pero son los menos.
México
esta sufriendo los efectos de una transformación y esta debe ser para bien del
futuro de las generaciones venideras, los sindicatos deben reflexionar de cuál
es su verdadera misión, y las autoridades de gobierno, ejecutivo y legisladores
reflexionar acerca del papel que les corresponde, pero sobre todo INFORMAR y
dar debida cuenta de sus acciones. Las leyes
y las reformas estructurales que se lleven a cabo y que afecten o
beneficien a la ciudadanía del país, deben someterse al escrutinio general y
social, no solo entre gobernantes y legisladores por que así se demuestra una
vez más la sujeción del poder legislativo a los intereses del poder ejecutivo.
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