(Lema de campaña de
José López Portillo
ex presidente de
México.)
En estos últimos días del mes de julio e inicios del mes de agosto en el congreso de la unión se han dado los debates, discusiones y alianzas entre los diputados y senadores integrantes de las bancadas de los partidos con los que se conforman las fuerzas políticas del país.
El
gobierno federal actual, se ha caracterizado por poner en marcha en una serie
de reformas políticas y económicas que pretenden dar un rumbo y orientación al país
en materia de educación, comunicaciones, energética.
Cuando
se trata de reformar la tarea se dificulta por que hay que romper paradigmas
culturales que son el lastre de la historia y de una cultura que se niega a
morir para cambiar y rehacer esquemas de gobierno.
Entiendo
que el sentido de una reforma como lo indica el vocablo es re- formar, dar
nueva forma a lo establecido y suprimir lo que ya no funciona y en toda
sociedad democrática debe constantemente revisarse y establecerse dinámicas de
cambios acorde a la evolución de la sociedad misma. Lo que dio resultados en un
tiempo, resulta inoperante en un breve lapso por el dinamismo social.
En
México se está dando el tiempo de las reformas, pero creo que estas se están realizando
no tomando en consideración el consenso de una sociedad que vive el hartazgo de
promesas de políticos irresponsables que solo acuden al ciudadano cuando buscan
el voto.
No
acuden al consenso popular porque de antemano saben que no tendrían el respaldo
aprobatorio porque no se está legislando para favorecer a la ciudadanía sino
para satisfacer intereses de grupos y personales.
Cuando
la propaganda oficial se difunde con escenas y diálogos en los cuales refieren
las bondades y “beneficios” para los ciudadanos y se instala en una mediatización,
comienza a despertar la sospecha de que el verdadero objetivo no está en el
mejoramiento de las condiciones de vida de la ciudadanía sino en otras
vertientes que beneficiaran algún grupo de poder económico y político.
Hoy
se ha discutido en el congreso de la unión las leyes secundarias de la reforma energética,
antes las de la reforma en telecomunicaciones. Reformas que darán a la ciudadanía
ventajas lentejeras y a los grupos económicos en el poder mayores ventajas y
retribuciones que incrementaran sus grandes capitales para seguir explotando la
fuerza de trabajo que egresa de las universidades con sendos títulos profesionales
pero que se tienen que conformar con empleos mediocres para seguir siendo la
base tributaria del país y fuente de producción de riqueza para los grandes
capitales.
Mientras
en el congreso de la unión se simula el debate en “Reformas”, la masa ciudadana
está preocupada por llevar sustento a sus familias y conformarse con los
exiguos pagos que reciben como asalariados.
En
otros tiempos se diría el pueblo está por levantarse y la liga no da para más,
pero esto es frase y en eso se queda. Lo cierto es que los mexicanos deseamos
paz, progreso, empleo, seguridad y tener las mejores oportunidades para lograr
mejor calidad de vida.
México
es un gran país, por su historia, por sus connacionales, por sus riquezas
naturales, pero es pobre por sus gobernantes que han perdido el verdadero
sentido de un mandato popular. Diría un presidente de la República gran verdad en una frase:”La corrupción somos
todos” y efectivamente fue su gran verdad porque no mintió, ya que también lo demostró
con hechos durante su mandato al
comportarse como tal y dejar testimonio
de ello.
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