lunes, 4 de agosto de 2014

“La corrupción somos todos”








(Lema de campaña de José López Portillo
ex presidente de México.)



En estos últimos días del mes de julio e inicios del mes de agosto en el congreso de la unión se han dado los debates, discusiones y alianzas entre los diputados y senadores integrantes de las bancadas de los partidos  con los que se conforman las fuerzas políticas del país.

El gobierno federal actual, se ha caracterizado por poner en marcha en una serie de reformas políticas y económicas que pretenden dar un rumbo y orientación al país en materia de educación, comunicaciones, energética.

Cuando se trata de reformar la tarea se dificulta por que hay que romper paradigmas culturales que son el lastre de la historia y de una cultura que se niega a morir para cambiar y rehacer esquemas de gobierno.

Entiendo que el sentido de una reforma como lo indica el vocablo es re- formar, dar nueva forma a lo establecido y suprimir lo que ya no funciona y en toda sociedad democrática debe constantemente revisarse y establecerse dinámicas de cambios acorde a la evolución de la sociedad misma. Lo que dio resultados en un tiempo, resulta inoperante en un breve lapso por el dinamismo social.

En México se está dando el tiempo de las reformas, pero creo que estas se están realizando no tomando en consideración el consenso de una sociedad que vive el hartazgo de promesas de políticos irresponsables que solo acuden al ciudadano cuando buscan el voto.
No acuden al consenso popular porque de antemano saben que no tendrían el respaldo aprobatorio porque no se está legislando para favorecer a la ciudadanía sino para satisfacer intereses de grupos y personales.

Cuando la propaganda oficial se difunde con escenas y diálogos en los cuales refieren las bondades y “beneficios” para los ciudadanos y se instala en una mediatización, comienza a despertar la sospecha de que el verdadero objetivo no está en el mejoramiento de las condiciones de vida de la ciudadanía sino en otras vertientes que beneficiaran algún grupo de poder económico y político.

Hoy se ha discutido en el congreso de la unión las leyes secundarias de la reforma energética, antes las de la reforma en telecomunicaciones. Reformas que darán a la ciudadanía ventajas lentejeras y a los grupos económicos en el poder mayores ventajas y retribuciones que incrementaran sus grandes capitales para seguir explotando la fuerza de trabajo que egresa de las universidades con sendos títulos profesionales pero que se tienen que conformar con empleos mediocres para seguir siendo la base tributaria del país y fuente de producción de riqueza para los grandes capitales.

Mientras en el congreso de la unión se simula el debate en “Reformas”, la masa ciudadana está preocupada por llevar sustento a sus familias y conformarse con los exiguos pagos que reciben como asalariados.

En otros tiempos se diría el pueblo está por levantarse y la liga no da para más, pero esto es frase y en eso se queda. Lo cierto es que los mexicanos deseamos paz, progreso, empleo, seguridad y tener las mejores oportunidades para lograr mejor calidad de vida.

México es un gran país, por su historia, por sus connacionales, por sus riquezas naturales, pero es pobre por sus gobernantes que han perdido el verdadero sentido de un mandato popular. Diría un presidente de la República  gran verdad en una frase:”La corrupción somos todos” y efectivamente fue su gran verdad porque no mintió, ya que también lo demostró con hechos  durante su mandato al comportarse como tal  y dejar testimonio de ello.











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