lunes, 30 de junio de 2014

¿DESGRACIA NACIONAL?









El domingo 29 de junio, nuestra nación México, se estremeció  y unidos en el latir de un solo corazón,  estuvimos presenciando a través de la televisión el juego disputado entre la selección nacional de Holanda y la selección nacional de México, dentro de la competencia de la copa mundial de futbol de la FIFA que se celebra en el país de Brasil.

Todos esperábamos la actuación histórica de nuestra selección nacional, de superar el cuarto juego que como maldición atávica no hemos logrado superar en todos los torneos de la copa mundial en que ha participado nuestro país.
Nuestra selección estuvo a cinco minutos de lograr lo que no ha sido posible en muchos años, estuvimos acariciando la alegría y el gozo que nos causaría el pasar a la etapa de cuartos de final, y remontarnos a la gloria de lograr un resultado histórico. Los integrantes de nuestra selección jugaron como los grandes, con gran pundonor y para mi,  excelente juego.
Las jugadas de nuestros compatriotas nos emocionaron y nos remontaron a la gran ilusión de pasar a la siguiente etapa, pero en cinco minutos los holandeses nos frustraron la alegría y el sueño acariciado desde hace muchos años.
El merito es grande para nuestros seleccionados que no se doblegaron y jugaron con gran determinación encarando al equipo contrario que a decir verdad es un equipo grande como lo es la selección nacional de Holanda.
Lo que no es meritorio es el hecho de tratar de justificar una derrota, que si fue el árbitro, que si el calor, que si no fue un penal, que si el jugador holandés se dejo caer para provocar el penal. No, eso no, debe hacerse porque justificar una derrota, es no reconocer que se cometieron errores y que no hubo el suficiente aliento y la determinación de agotar los últimos cinco minutos, que aprovechó el contrario para levantarse  con la victoria.
Reconozco a todos los integrantes de la selección nacional por su gran esfuerzo, por haber dejado en la cancha la constancia de ser jugadores profesionales con pundonor y valentía y por el espectáculo brindado y las emociones vividas y sentidas en cada una de sus jugadas.
Pero no es posible seguir alentando justificaciones, se perdió y de esto se debe tomar lo mejor para validar la experiencia y no cometer errores, porque estos son los que hacen la diferencia entre una derrota y una victoria.
México es grande, y no solo por la práctica del futbol soccer, también lo es por el espíritu y la actitud de sus gentes, ha sido un juego, hemos participado y nada se ha perdido, ni nuestra identidad nacional, ni nuestro futuro, desgracia nacional seria perder nuestros valores como patria y como ciudadanos.
Veamos hacia el futuro y formemos generaciones victoriosas, con garra y determinación azteca.


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