jueves, 6 de febrero de 2014

México necesita una reforma ética.


 
 
 
 
México, país de grandes contrastes, al cual se le ha considerado como un país de policromías sociales y culturales, con grandes riquezas  y potencialidades no solo por sus recursos naturales y humanos; sigue en la búsqueda de su destino, para reencontrarse y dar el salto tan anhelado por muchas generaciones, que han visto desvanecer los sueños y proyectos de una nación, que le impulsen y lo signifiquen  en el primer orden económico mundial.

Siglos de explotación han significado para nuestra nación un traumático devenir histórico, que se ha convertido en el gran lastre cultural que pervive en la conciencia y en el actuar de sus connacionales.

Muchos gobernantes han centrado sus campañas en objetivos de mejoramiento económico y de desarrollo social, pero al final han resultado solo promesas de campañas incumplidas que han dado como resultado la incredulidad permanente de los mexicanos, que se mofan de sus gobernantes y los asocian con las prácticas sistemáticas de corrupción.

Por estos antecedentes  y por lo que considero un golpe de timón, en el año 2000 se dio termino a la hegemonía del partido revolucionario institucional que durante 70 años gobernó al país, a través de los presidentes de la republica emanados del partido político creado por el general Plutarco Elías Calles.

Un lapso que considero ha sido un paréntesis en la vida política nacional y constitucional del país, ya que durante dos sexenios el país fue gobernado por dos presidentes emanados del Partido Acción Nacional, experiencia no grata para la nación, pues también dejaron mucho que desear ambas administraciones, toda vez, que se desaprovecho la gran oportunidad de una alternancia política que permitiera recobrar la credibilidad de la sociedad mexicana y transitar por el verdadero camino de la democracia.

En el año 2012 nuevamente el PRI , recobra la presidencia de la República con Enrique Peña Nieto que se ha dado a la tarea de conjuntar voluntades y expresiones políticas a través del pacto político en el cual participan solo los partidos de las tres fuerzas principales, PRI, PAN, y PRD. No incluyendo al Partido verde ecologista, al partido del trabajo, Movimiento Ciudadano antes convergencia, y PANAL, mandando el mensaje de que estas fuerzas minoritarias son satélites o comparsas de los primeros tres mencionados y que fueron creados para la gran simulación de que en México se vive y practica la democracia.

Además el gobierno de Peña Nieto, se da a la tarea de impulsar lo que ellos han considerado como “REFORMAS”, como lo son la educativa, la energética,   la hacendaria y la política. Lo que desde mi óptica no alcanzan el grado de reformas, porque por reforma debe entenderse todo aquello que transforma, que cambia, para dar un mayor significado a la evolución de un conglomerado social en su formación cultural, en su economía, en la administración de sus recursos naturales, en su actuar y en la toma de decisiones democráticas que impulsen mejores estadios de bienestar social, que permitan la solidificación de una mejor estructura social.

Pero para todo esto, creo que ha faltado, algo primordial y tan necesario para la construcción de mejores formas de organización social y a esto le doy un nombre: REFORMA ETICA.

La ética es una rama de la filosofía que se ocupa del estudio racional de la moral, la virtud, el deber, la felicidad, y el buen vivir.

Y es que para implementar lo que se consideran reformas, debe aplicarse lo que debe considerarse como reforma ética, porque en nuestro país, la ausencia de valores es notoria y en el campo político todavía más.

Se dice, que en política, ni la lógica, ni la ética se aplica y por lo consiguiente no se practican; pero considero que si la lógica no se emplea es debido a que  las circunstancias actúan en los tiempos e intereses de la clase política, pero la ética si debe practicarse por las decisiones que están destinadas al conglomerado social y que no son consensadas.

Si se practicara la ética, el electorado ciudadano mantendría la credibilidad en sus autoridades, tanto administrativas como legislativas, judiciales y del ejecutivo; desafortunadamente en nuestro México no es el caso, porque la ausencia de la práctica de los valores éticos, es una constante que ha deteriorado el tejido social.

Las reformas que ha emprendido el presidente Enrique Peña Nieto, hay que darles el beneficio de la duda, deberá pasar un tiempo razonable para sentir sus efectos, si estos son benéficos para el desarrollo nacional y el mejoramiento de las actuales condiciones económicas y sociales; como lo fue en su tiempo el tratado del libre comercio concertado y emprendido por el presidente Carlos Salinas de Gortari y que a la distancia no resultó lo que se esperaba pues las ventajas favorecieron a nuestro país vecino Estados Unidos de Norteamérica y las desventajas para nuestro país y los dividendos nacionales para la aristocracia financiera nacional.

 

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