viernes, 17 de enero de 2014

Senadores y Diputados de México, ¿gracias de qué?












En los últimos días de diciembre del 2013 y los primeros días del mes de enero del año en curso, a través de los medios impresos, radiofónicos y televisivos, se ha llevado a cabo una intensa campaña mediática, promovida por nuestros “esforzados” diputados y senadores, en el cual aparecen niños, dando las gracias a esta clase privilegiada, por las gestiones realizadas en beneficio de la ciudadanía mexicana. Gracias por las carreteras, gracias por las escuelas, “gracias por todo lo que haces por mi”; el colmo de la desfachatez, de servidores públicos, que se promocionan como los salvadores de la patria y los que resuelven la vida de 120 millones de mexicanos. Quienes deben dar las gracias, son estos legisladores, que en el caso de los senadores disfrutan de los privilegios de la nómina durante 6 años y en el caso de los diputados tres años, sin sobresalto alguno en sus economías, por pertenecer a un sector que disfruta del erario público y de las mieles del poder. El presupuesto del senado 2013 fue de $3,756.9 millones y el presupuesto de la cámara de diputados, $6,529.5 millones, las dietas (emolumentos), de los senadores: $171,444.mil; mas 55,848 de prestaciones que hacen un total de 227.292 y al año se llevan 2 millones 727 mil 509 pesos. Las dietas de los diputados, 105 mil 378 pesos, más 45 mil de asistencia legislativa, 28mil para atención ciudadana, 33 mil de ayuda para despensa y un seguro medico de gastos mayores por 110 mil 610 pesos. Creo que las gracias las deben dar ellos a la ciudadanía, porque gracias a nuestros impuestos, ganan esas extraordinarias dietas por ser nuestros representantes; gracias deben dar a un trabajador que gana salario mínimo y que acaba de aumentar la cantidad de $2.37 , gracias deben dar a quienes se ven apurados para solventar los gastos diarios y que no les alcanza, porque sus salarios y sus trabajos no son lo suficiente para enfrentar la economía cotidiana. Como llamarle a esta campaña de promoción, ¿descaro?, sería interesante saber cuánto está costando esta campaña de promoción, que sobra decirlo no va a cargo de los emolumentos que perciben los diputados y senadores, sino también con cargo al erario público. Cuantas escuelas se construirían con los presupuestos que se aprueban los legisladores, cuantos hospitales, cuantas carreteras, cuantas cosas en beneficio de la ciudadanía podría realizarse con el gran presupuesto que se aprueban los legisladores. Gracias habría que darles y muy merecidas si los diputados y senadores decidieran autorizarse dietas, acorde con la realidad económica del país, las gracias se les daría, si ellos decidieran que sus gastos, de transportación, de representación y de apoyos que dicen dar a la ciudadanía y a sus representados corran a cargo de sus dietas y no, a cargo del erario público, vaya se ganarían la simpatía popular si ellos en lugar de autorizarse seguros médicos de gastos mayores, se dieran de alta en el ISSSTE, o en el Seguro Social, como lo determina la ley de seguridad social para todo trabajador asalariado. Pero eso, es como pedirle peras a un olmo, ganarían respeto y credibilidad, pero todo lo contrario, ¿cómo ser uno más, de los integrantes de la gran masa social?, agobiada e ignorada por nuestros representantes populares. Estos son importantes y atendidos cuando es el tiempo de campañas para ganar el voto electoral que los convierta de simples ciudadanos a dioses del Olimpo político. Triste el panorama de un pueblo que a diario es agraviado no solo por aquellos que abusan de su condición, sino también por aquellos en quienes depositaron su confianza a través de su voto, con la esperanza de que fueran sus representantes en la más alta tribuna de la nación, para tener un defensor de sus derechos y promover acciones de beneficio social que se refleje en sus economías familiares, pero craso error, nuestro voto solo sirve para entronizar cada seis años y cada tres años a personajes que se convierten en parte de una oligarquía. Por ello, los trabajadores obreros, los agrícolas, los servidores públicos o burócratas, los maestros, las madres solteras, los adultos mayores preguntan a los diputados y a los senadores: ¿gracias de qué?

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