miércoles, 17 de abril de 2013

La reforma educativa y el futuro de México.







Al inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto, se dio a conocer una de las grandes tareas que habría de realizar, la recomposición del sistema educativo de nuestro país, que en los últimos años decayó hasta ocupar a nivel mundial el lugar número 100 entre 144 países, lugar debajo de países como Chile, Panamá y Brasil en relación a otras naciones de América latina.

Toda nación tiene como principal objetivo la formación educacional de las nuevas generaciones que habrán de ser el renuevo y la consolidación del progreso constante y ascendente de su población, teniendo como prioridad elevar la calidad de la educación escolar, así como la formación y preparación de sus maestros que serán los conductores de las técnicas y metodologías del conocimiento.

Se ha modificado el artículo 3o. de nuestra carta magna y en ella se consolida la gratuidad y el laicismo de nuestra educación como derecho constitucional de todo mexicano, pero en ella también se contempla el retorno de la rectoría por parte del estado y la instrumentación de los programas educativos, que durante muchos años estuvieron en manos de los intereses de la organización sindical, por conveniencias y concertaciones políticas derivados de negociaciones electorales.

Muchos nos preguntamos  ¿y en qué consiste la reforma educativa? Craso error de nuestras autoridades federales y de nuestros legisladores, de no informar con la oportunidad debida a la ciudadanía y con certidumbre en qué consiste la reforma constitucional,  para así no dar pie a todas aquellas expresiones que hacen de su derecho de protesta, el escenario ideal para manifestar ante la opinión pública, sus expresiones de intolerancia y de irracionalidad social.

El movimiento sindical magisterial ha escrito gloriosas páginas de un movimiento histórico, en el cual lucharon por la reivindicación y reconocimiento del trabajo magisterial, de lograr las conquistas de mejoras salariales y de prestaciones laborales que hicieran más digna y decorosa la vida de los maestros y sus familias.

Este movimiento sindical, se vio disminuido en sus ideales, al ser conquistado por las veleidades del sistema que se infiltra en la vida interna del sindicato y crea lideres que mas que servir a los intereses de sus agremiados sirven a los intereses del gobernante en turno, logrando con ello corromper a un sindicato que por el número de agremiados representa a uno de los sindicatos más importantes del mundo.

En estos últimos días hemos visto a través de los noticieros de televisión,  movimientos de protesta magisterial de grupos de los estados de Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Michoacán, estados con un gran rezago social, pero de sobremanera de un gran atraso educativo, ya que las secciones sindicales como medidas de presión, han realizado paros de labores dejando sin actividad escolar a miles de niños que son los más afectados, ya que sin duda redundara en perjuicio de su formación escolar.

¿La causa de las protestas? la célebre reforma educativa, ya que los maestros consideran que se atentan en contra de sus derechos laborales y que el gobierno federal pretende privatizar la educación en México; lo cierto es que los maestros temen a la evaluación que por ley habrá de aplicarse a cada uno de ellos, para saber si en verdad tienen los conocimientos y capacidades necesarias para ejercer la noble tarea del magisterio.

Por ello las movilizaciones, en las cuales atentan contra los derechos de terceros al obstruir carreteras, al enfrentarse con palos, piedras, bombas molotov a la policía, al destruir y pintarrajear consignas en edificios públicos, y paralizar la actividad comercial, para poner contra la pared a los gobiernos estatales.

A mi modo de pensar, creo que un maestro que se precie de serlo, y sus dirigentes, darían cátedras de civilidad, al exigir y entablar el dialogo directo con las autoridades responsables, obtener los acuerdos necesarios para elevar en principio la calidad del servicio que se otorga a los escolares, elevar la calificación profesional de cada maestro y por ello y como consecuencia inmediata la calidad de vida, luchando y exigiendo mejoras salariales, prestaciones sociales y económicas, pero lo más importante pensiones jubilatorias dignas y decorosas, que combatan a las pensiones de hambre que el estado otorga y que en el sexenio de calderón, se legisló para que el estado abandonara una de sus obligaciones y se desentendiera de ella.

Politizar estos movimientos magisteriales, no es actuar con honestidad, no es dar lecciones de ética sindical, no es ganarse la simpatía y el apoyo de la ciudadanía en general, es lograr todo lo contrario. Siendo testigo de todo esto, añoro todavía más a mis maestros de enseñanza primaria, secundaria, bachillerato y universitarios, a todos ellos que me brindaron su tiempo, sus conocimientos, su  paciencia, pero sobretodo sus consejos para ser un hombre útil a mi nación.

Para aquéllos maestros de mis tiempos escolares, mi gran homenaje, y mi agradecimiento, por darme ejemplos de lo que debe ser un ciudadano honesto, responsable y respetuoso de mi país y de sus instituciones y exigir con dignidad y firmeza a través del dialogo responsable el cumplimiento de mis derechos cuando así lo exigiere la ocasión.

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