miércoles, 3 de abril de 2013

La cruzada Nacional contra el hambre ¿más de lo mismo?





 

En el primer día de gobierno del presidente de México Lic. Enrique Peña Nieto, dio a conocer a la nación, que su gobierno emprendería una cruzada  nacional contra el hambre; el anuncio cayó bien y  muchos mexicanos se enteraron de la grave situación por la que atraviesan más de 28 millones de mexicanos sin acceso a la alimentación. (Consejo Nacional. de Evaluación de la política de desarrollo social. CONEVAL)

En principio el nombre del programa me remontó a los tiempos históricos del Medioevo en que los ejércitos del vaticano en nombre de la cruz de Cristo, tomaron el nombre de cruzadas para combatir a las naciones que no practicaban el catolicismo.

Han transcurrido los primeros cien días de gobierno del nuevo presidente y en estos primeros días de abril la  titular de la secretaría de desarrollo social, Rosario Robles Berlanga, ha dado a conocer a los medios que se ha invitado al ex presidente de Brasil, luiz Inacio  “lula” da Silva para aportar ideas respecto al programa cruzada contra el hambre, teniendo en consideración su programa exitoso llevado a cabo en Brasil durante su gobierno y que se denomino “hambre cero”.

Y  también se anuncia que dentro de las actividades a desarrollar se organizaran subastas, donaciones en especie, concursos, películas, conciertos y que se dedicará  un mes de actividades de cada año de los seis de gestión,  que estas actividades “no serán frívolas” (sic)  y que se han iniciado los trabajos en la mayoría de los 400 municipios donde se aplicara el programa.

Que se dotaran a niños de  cámaras fotográficas,  para que sean observadores de la cruzada y a través de sus imágenes se conozcan los avances del programa y a los jóvenes de escuelas técnicas de los municipios serán brigadistas del programa con apoyos económicos, transporte y comidas y me remonta a programas  con las juventudes socialistas soviéticas, cubanas y chinas.

Los cinco objetivos principales, cero hambre, eliminar la desnutrición aguda, aumentar la producción e ingreso de pequeños productores agrícolas, minimizar pérdidas de cosechas y almacenamiento,  y promover la participación comunitaria y social.

 El cielo está lleno de buenas intenciones, y  bien que se haya invitado a un presidente exitoso que logró elevar la economía de su país, utilizando una gran formula, servir a su pueblo con sencillez, sinceridad, honestidad, y sentido común.

En nuestro país, seis años no bastaran para lograr el hambre cero, porque hay que luchar primero contra la incredulidad del mexicano, contra los grandes intereses económicos, y políticos que han deteriorado el desarrollo de esta gran nación, que durante más de 500 años ha sido saqueada por los intereses extranjeros e internos.

Y de nueva cuenta caeremos en los mismos vicios de desigualdad,  ya que se promoverán las donaciones con las grandes compañías, con  estimulación fiscal, es decir  más oportunidades para no pagar impuestos, y  se avecina la medicina amarga para la mayoría del pueblo, con la pretendida reforma fiscal en la que se abrirá la puerta al establecimiento del IVA a medicinas y alimentos.

Bienvenido el ex presidente de lula, un brasileño de extracción sindicalista, de familia obrera, y con gran prestigio de mandatario exitoso; pero creo que no es necesario su aval para emprender la famosa cruzada contra el hambre; el mejor aval serán los integrantes de esta gran nación, al constatar que sus gobernantes están cumpliendo con sus compromisos de campaña y con su compromiso social.

En México no solo hay hambre de comestibles, hay un hambre crónica  de justicia social, hambre de equidad, hambre de honestidad. Si esto lo entienden y lo satisfacen nuestras actuales autoridades, tendrán también el reconocimiento de una sociedad que esta hambrienta de respeto a su dignidad.

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