martes, 15 de enero de 2013

Una realidad kafkiana?













Sabedlo, soberanos y vasallos,
próceres y mendigos
que nadie tendrá derecho a lo superfluo
mientras alguien carezca de lo estricto.

“ASONANCIAS”
(Fragmento)
Salvador Díaz Mirón



El 1 de diciembre de 2012, el nuevo presidente de México, Enrique Peña Nieto, en su discurso de toma de posesión, externó que una de las acciones inmediatas de su gobierno sería la tarea de implementar una cruzada contra el hambre.

México según las estadísticas del INEGI (Instituto nacional de estadística y geografía),  tiene 112 millones de habitantes, pero según el consejo nacional de población (CONAPO),  alcanza el número de 116.9 millones  y de estas cifras hace apenas unos días se dio a conocer que en México sobreviven 11.7 millones de mexicanos en pobreza extrema, prácticamente el 10% de la población total. Y el Consejo Nacional de evaluación de la política de desarrollo social (CONEVAL), da cifras de 52 millones de habitantes pobres 48% de la población total.

Sin embargo si nos remontamos a notas informativas, nos enteramos que para la celebración de las fiestas del bicentenario de la independencia de nuestro país y el centenario de la revolución mexicana, el gobierno federal anterior construyó un monumento conocido como la “estela de luz” que tuvo un costo total de 1.035 millones de pesos; el senado de la república decidió construirse una nueva sede, su costo 3 mil 20 millones de pesos.

Hace unos días se dio a conocer que el instituto federal electoral (IFE), tendrá un presupuesto de 7 mil millones 277 millones de pesos, para gastos de operación y que el financiamiento para los partidos políticos PRI, PAN, PRD, PT, MOVIMIENTO CIUDADANO, PARTIDO VERDE ECOLOGISTA Y PANAL será para el presente año 3 mil 53 millones de pesos. El presupuesto del senado será de 3 mil 756.9 millones de pesos.

Y me pregunto ¿que acaso nuestros gobernantes y representares populares en el congreso de la unión no se percatan de la realidad económica de nuestra nación? y carentes de sensibilidad social como depositarios de la confianza  que les otorgó la ciudadanía en las urnas a través del voto, padecen el alzheimer de la conveniencia personal.

La realidad de nuestro país se adentra a lo kafkiano, a lo absurdo y angustioso de un escenario nacional que nadie pudiera explicarse en un sentido de cordura y de verticalidad social.

Es difícil aceptarlo pero las razones de todo ejercicio del servicio público y los principios  y valores éticos en política se han extraviado en los laberintos de los intereses personales, en los del poder y en la indiferencia que motiva el incremento  de familias pobres orilladas a tomar las lentejas que se ofertan a través de los programas sociales, limosnas de una riqueza nacional acumulada y secuestrada en unas pocas manos.

El poema  “Asonancias” de Salvador Díaz Mirón, poeta  y político  Veracruzano (1853-1928 ), en uno de su fragmentos expresa con gran sabiduría y con excelente sentido social una frase que deben grabarse en sus mentes nuestros gobernantes y representantes populares, “Nadie tiene derecho a lo superfluo, mientras alguien carezca de lo estricto”,

Pero conociendo los entramados del poder, la política, y la naturaleza humana, nada de esto importa para aquellos que disfrutan de las mieles del gobierno y de los órganos legislativos; el descrédito que actualmente tienen los políticos y muchos gobernantes, es una distinción ganada a pulso, por las malas experiencias vividas por muchos ciudadanos que no encuentran en aquellos que toman los caminos de la política, lo que esta debe perseguir en esencia, los logros del bienestar social.

El incremento de la pobreza en un país, es motivo de preocupación, pues esta es una causa muy sentida que se deriva en reclamos sociales, que si no son atendidas en la medida justa de su dimensión y en su oportunidad,  serán causas, (o ya lo son) de descontentos populares  que implicarán cambios forzosos en  el entramado social.

El nuevo gobierno federal, tiene una gran tarea por hacer, los tiempos apremian y las necesidades no conocen de ortodoxias ni de tiempos políticos, la tarea es difícil pero no por ello se deberá bajar los brazos. México tiene todo para salir adelante, solo hay que hacerlo con gran responsabilidad, con honestidad y con voluntad de servir, para combatir, frenar y solventar la desigualdad social que hoy aqueja a nuestro país.

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