En
estos días mi país México se debate en una gran crisis social y política, a
consecuencia de hechos que como mexicanos nos avergüenzan ante los propios conciudadanos
y ante la opinión mundial. Tristes acontecimientos porque los actores han sido víctimas
no solo de la violencia endémica que padecemos en el país desde hace varios
años, sino también de la corrupción perenne que ha carcomido hasta los
cimientos a las estructuras de gobierno y a las instituciones del país.
Las
últimas administraciones de gobierno del año 2000 a la fecha han sufrido el
flagelo de la violencia y no han sabido cómo controlarlo escapándose de sus
manos el control que les dan las instituciones y la legalidad de nuestra norma
fundante y sus respectivas leyes secundarias.
A
inicios del nuevo siglo se creyó que en México se terminarían 70 años de
hegemonía en el gobierno de un partido político que adoptó como ideología la
gesta de la revolución mexicana de 1910, movimiento social carente de verdaderos
postulados democráticos, ya que se transformó en una lucha no ideológica para
trascender en la formación de una nueva sociedad que surgiría con conductas
éticas, convirtiéndose en un movimiento
de traiciones que llevaron a sus principales actores a la lucha no de una nueva
ideología social sino el alcanzar el
poder por medio de métodos violentos.
Dos
administraciones con presidentes surgidos del partido acción nacional (PAN), que lograron el poder gracias al hartazgo de
la ciudadanía de gobiernos emanados del
partido revolucionario institucional (
PRI) , pero que sucumbieron ante el imperio de la corrupción y el desconocimiento
del ejercicio de la política, ya que su verdadera esencia lo es la actuación en
las filas de la oposición?
En
el año 2012 la ciudadanía le da nuevamente la oportunidad a un candidato del
PRI, el voto de castigo se hizo presente debido al gran temor de la ciudadanía
a seguir sufriendo una violencia que ha enlutado a miles de hogares de
mexicanos y que ha marcado con inusitada crueldad los tiempos actuales de la historia
de mi país.
Y
el presidente Peña Nieto con la habilidad del manejo político que caracterizó a
los gobernantes priistas, logro concertar un pacto de unidad entre los partidos
políticos y la sociedad en general y así logró el consenso mayoritario en el
congreso de la unión para concretar las reformas, energética, hacendaria, de
comunicaciones, política, y que por
razones obvias no habrán de dar los resultados que se esperan en un corto plazo
ya que para concretarse debe transcurrir cierto tiempo.
Hace
dos meses, que precisamente se cumplen el día de hoy, México
se estremeció con la noticia de la desaparición de 43 jóvenes estudiantes de la
escuela normal de Ayotzinapa del estado de Guerrero, hasta la fecha nada se
sabe de ellos, y solo existe la presunción de que fueron victimados por grupos
criminales vinculados con autoridades municipales de Iguala Guerrero. Este hecho
ha sacudido las entrañas de la sociedad mexicana que ha llegado al hartazgo de
tanta violencia y de miles de desapariciones de hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas, cuyos paraderos se ignoran y
que han desvelado la ineficacia de los encargados de preservar el orden y la
seguridad de los ciudadanos mexicanos.
Marchas,
manifestaciones, la ciudadanía ha ganado la calle para externar su descontento,
pero la gravedad incide en que estas manifestaciones han sido aprovechadas por
grupos radicales que han vandalizado a su paso a comercios, edificios públicos,
y a la ciudadanía en general.
Y
para Ripley, a pesar de contarse con testimonios filmados por la televisión y
recabados por la prensa escrita estos grupúsculos han actuado con total
impunidad sin que exista autoridad para hacer el estado de derecho y proteger
los derechos de la ciudadanía violentados, en aras de no lastimar los derechos humanos de los delincuentes y
evadir la responsabilidad de su no actuar, con una percepción equivocada en la aplicación subjetiva de los derechos
humanos a favor de los que delinquen y en demérito de los afectados.
El
gobierno de Enrique Peña Nieto está viviendo una crisis social, que amenaza con
el despertar de un aletargamiento de la sociedad que insiste una vez más en
marcar a sus gobernantes que ya basta de agravios y que asuman su responsabilidad.
Este
jueves 27 de noviembre el presidente Peña, presentara en palacio nacional un “PLAN
DE LEGALIDAD el cual incluye la creación de una comisión que trabaje en la
reforma del estado de derecho con propuestas para fortalecer la
institucionalidad de los municipios, concretar el mando único en las policías y
nuevos mecanismos para la evaluación por parte de la sociedad civil”
¿¡Plan
de legalidad? ¿y nuestra constitución política que papel asume?, y ¿ las leyes
penales civiles y demás? ¿En que habrá de
trabajarse para formar una comisionen la reforma del estado de derecho? Y ¿ el congreso de la unión integrado por las cámaras
de senadores y diputados? Y ¿las propuestas
para fortalecer la institucionalidad de los municipios, habrán de suprimir el artículo
115 constitucional? que desde su origen constituyente ha tratado el tema del
municipio libre, célula fundamental del orden federal según tengo entendido.
Y
ese mando único de la policía que ha sido un tema tratado hasta la saciedad sin
encontrar una verdadera aplicación por parte de las estados conformados en la federación
y acaso esos mecanismos para la evaluación por parte de la sociedad no se están
dando con las manifestaciones ciudadanas?
Los
gobiernos de México en todos sus niveles, requieren de una mayor firmeza en sus
acciones, el estado de derecho quizá pueda recomponerse pero si se actúa con
debilidad no habrá jamás un verdadero estado de derecho porque en él está implícito
un conjunto de derechos y por consiguiente obligaciones que se tienen que
cumplir al quebrantarse el mismo y por ende respetarse la institucionalidad.
El
actual gobierno federal y los estados y los gobiernos municipales están
viviendo una encrucijada, por un lado la inefectividad de sus acciones y por otro
la desconfianza de sus gobernados, México requiere del concurso y participación
de toda la nación, de una re conformación social y política de proporciones gigantescas,
los cimientos están seriamente corroídos y plenos de desconfianza, dura tarea del
presidente Peña, luchar contra la corrupción
y emprender la tarea de recuperar la confianza y la tranquilidad social. Ojala que las medidas sean para bien de México y no un entramado de simulación.
El futuro de las nuevas generaciones que ya están reclamando sus espacios de participación
social; están en espera de respuestas concretas y acertadas, malos tiempos se avecinan para nuestro país,
toda crisis social tiende a estallar, esperemos que de todo esto emerja un México
nuevo, más justo, mas participativo, pero sobretodo mas responsable y honesto.